Miedo a la intimidad

El miedo a la intimidad es conocido por varios otros nombres como Aphenphosmphobia o Hafefobia (que es el miedo a ser tocado) así como Philophobia (que es el miedo al amor). Como su nombre lo indica, la persona que sufre de miedo a la intimidad teme la intimidad (compartida entre amantes u otras relaciones cercanas con sus padres, hermanos y amigos). Dado que la mayoría de las relaciones cercanas se basan en lazos emocionales profundos, la persona que sufre de este miedo es incapaz de compartir una asociación significativa con cualquier persona.

Causas de la Aphenphosmphobia o Afenfosfobia

El abandono y el engullimiento son los dos factores principales que probablemente causarán la Aphenphosmphobia. Es probable que el paciente tema intimar con su pareja pensando que eventualmente se marchará. (En el caso del miedo al engullimiento, el individuo teme `perder su individualidad’ debido a la relación).

En términos generales, las raíces del miedo a la intimidad están arraigadas en la infancia, aunque las relaciones románticas dolorosas en la edad adulta también pueden conducir a dicha fobia. Como resultado, la fobia tiende a atraer a la pareja hacia uno mismo sólo para finalmente alejarla (la pareja). Como resultado, la relación está llena de fricción que, a su vez, afecta la intimidad física entre dos individuos.

Los psicólogos clínicos también culpan a las relaciones tumultuosas entre los padres (debido a las relaciones extramatrimoniales por parte de cualquiera de ellos) por el miedo a la intimidad en un niño/adulto.  Las víctimas de abuso emocional, físico y sexual también son propensas a sufrir de Aphenphosmphobia ya que es difícil para ellas confiar en alguien lo suficiente como para tener una relación íntima emocional o física.

Síntomas de Afenfosfobia y el miedo a ser tocado

Hay varios síntomas y signos físicos, emocionales y cognitivos que son indicativos del miedo a la intimidad.

Los síntomas físicos incluyen dolor muscular, malestar gastrointestinal y náuseas, sudoración, aumento de la frecuencia cardíaca y temblores/trémolos con sólo pensar en intimar con alguien.  Con frecuencia, estos signos se confunden con algunas otras enfermedades cuando en realidad son la forma en que el cuerpo se prepara para una respuesta de lucha o huida a la intimidad.

La ansiedad total y los ataques de pánico también son probables en la persona que sufre del miedo a la intimidad.  Es probable que se sienta asustado y confundido y que sea incapaz de distinguir entre realidad e irrealidad.

El fóbico asocia el sentimiento de vulnerabilidad que ha experimentado en el pasado con la debilidad y la inferioridad y trata de controlar a las personas o de evitarlas por completo.

Tratamiento de la Afenfosfobia

La autoayuda es el tratamiento más conocido para superar el miedo a la intimidad. Tomar conciencia de este miedo es el primer paso en el proceso de curación.

Los expertos recomiendan hacer una lista y anotar los pensamientos acerca de los eventos que pueden desencadenar los síntomas mencionados anteriormente. Los pacientes deben escribir sus suposiciones subjetivas, junto con sus creencias, juicios y predicciones.  Esto puede ayudar al individuo a buscar evidencia subjetiva de los pensamientos que provocan miedo. Los pacientes también deben escribir las respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es lo peor que podría pasar si tengo relaciones íntimas?
  • ¿Qué bien podría salir de la situación?
  • ¿Qué tan tolerables serían las consecuencias?

Estas preguntas pueden ayudar a enfrentar la situación paso a paso. La respiración profunda y la detención consciente de los pensamientos negativos también pueden ayudar a superar el miedo a la intimidad.

Aparte de estos, hay muchas otras opciones de tratamiento, como la terapia cognitiva y de comportamiento, la hipnoterapia, el asesoramiento y la psicoterapia, la terapia de grupo, así como medicamentos para superar el miedo a la intimidad.

En conclusión

El miedo a la intimidad no es una condición seria, pero definitivamente puede afectar la calidad de vida de una persona y también afectar su funcionamiento diario. Si su miedo a la intimidad le está causando angustia o depresión, entonces no debe dudar en buscar consejo médico para ello.

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