Miedo a la lluvia

La ombrofobia o pluviofobia es el miedo a la lluvia, un trastorno de ansiedad bastante común en niños y adultos. El término Ombrofobia tiene su origen en el griego ‘Ombros’ que significa “tormenta de lluvia” y phobos que significa “miedo o aversión”. El término Ombrofobia se ha utilizado incluso para describir ciertas especies de plantas denominadas ombrofóbicas y ombrófilas que tienen sus sistemas radiculares desarrollados de forma que les permiten tomar el agua directamente de las precipitaciones atmosféricas.

Miedo a la lluvia

Por lo general, los niños más pequeños son más propensos a la ombrofobia que los adultos. Algunos pueden tener miedo a la lluvia muy fuerte que acompaña a las condiciones de tormenta (vientos fuertes, truenos y relámpagos), mientras que otros pueden tener miedo incluso a una pequeña lluvia o llovizna.

Así, el miedo a la lluvia puede ir acompañado de varias fobias diferentes, como el miedo a los rayos y truenos (Astrafobia), el miedo a la niebla (Homiclofobia) o el miedo a las inundaciones (Antlofobia) y el miedo a ahogarse (Acuafobia).

Causas de la ombrofobia

La lluvia es esencial para el crecimiento de los cultivos, la reposición de nuestras fuentes de agua dulce y, en general, el mantenimiento de la vida en la tierra. En cantidades moderadas, la lluvia es buena y a veces incluso evoca sentimientos de romance. Muchas canciones de amor se han inspirado en este elemento natural.

Sin embargo, con la llegada de la lluvia también se producen condiciones similares a las de una tormenta. Suele oscurecerse cuando se acumulan nubes estruendosas que bloquean la luz del sol. La lluvia suele ir acompañada de rayos, truenos e inundaciones. Se sabe que las lluvias intensas causan daños a la vida y a la propiedad a través de desprendimientos de tierra, derrumbes de edificios, grandes cortes de electricidad, etc. Todas estas experiencias negativas pueden hacer que uno tenga miedo de la lluvia, sobre todo después de haberlas experimentado directamente. En la región del Amazonas, llueve casi 80 pulgadas de media. Esto da lugar a una espesa selva que alberga reptiles y otros peligrosos depredadores. Muchas personas que viven en estas zonas pueden tener miedo a la lluvia debido a estos factores.

La expresión “está lloviendo a cántaros” se ha utilizado a menudo para describir lluvias muy intensas. En realidad, en algunas zonas se han dado muchos casos en los que han llovido ranas y sapos (incluso peces) sobre las personas. A principios del siglo XIX se produjeron tormentas de “ranas y sapos” en zonas como Sheffield (Inglaterra) y Minneapolis (Minnesota). Estas “lluvias de anfibios” se producen cuando las condiciones meteorológicas y los fuertes vientos levantan literalmente las ranas para arrojarlas a otras zonas. Las películas y los programas de televisión que muestran este fenómeno científico pueden agravar el miedo en las personas de mente inquieta.

Las lluvias suelen provocar enfermedades víricas o la propagación de bacterias. Los individuos nosofóbicos (personas que temen las enfermedades o los gérmenes) podrían tener miedo a las lluvias por este motivo.

Los casos extremos de lluvia ácida han provocado graves quemaduras, haciendo que las víctimas tengan un miedo intenso y de por vida a la lluvia.

Así pues, existen diferentes causas de la ombrofobia y varían de un individuo a otro.

Síntomas de la ombrofobia / pluviofobia

Como en cualquier otra fobia, la ombrofobia también produce una variedad de síntomas que pueden variar de una persona a otra. Los niños que sufren esta fobia suelen presentar los siguientes síntomas:

  • Gritando, llorando continuamente
  • Temblando incontroladamente y suplicando que le lleven a casa
  • Haciendo preguntas como “¿nos inundaremos?
  • Mirando al cielo constantemente para controlar las lluvias
  • Negarse a salir al exterior cuando llueve

Los adultos con esta fobia pueden

  • Tener un ritmo cardíaco elevado
  • Mostrar una mayor ansiedad o tener un ataque de pánico completo
  • Vigila continuamente las previsiones meteorológicas para ver si se anuncia lluvia
  • Temblar, agitarse o tener ganas de huir o esconderse, etc. Otros síntomas de la fobia a la lluvia son los pensamientos sobre la muerte, la incoherencia o la incapacidad de expresarse, la sensación de entumecimiento, etc.

Naturalmente, estos síntomas pueden afectar a la vida cotidiana de los afectados, especialmente en lugares donde llueve con frecuencia. Los fóbicos también tienden a volverse socialmente retraídos o deprimidos.

Afortunadamente, hay formas de superar esta fobia.

Tratar y superar el miedo a la lluvia

Los niños que padecen esta fobia suelen superarla cuando son más maduros. Sin embargo, los padres deben animarles a hablar de sus miedos, ya que esto puede ayudar a superar la ansiedad. Hablar con la enfermera o el profesor del colegio también puede ayudar a los padres a afrontar este problema, especialmente cuando el niño muestra una ansiedad extrema o tiene un ataque de llanto cada vez que llueve o se inunda.

Los pluviofóbicos o los adultos con fobia a la lluvia pueden someterse a una terapia de exposición que consiste en exponerse a una lluvia suave para volver a aprender a superar su respuesta de ansiedad. Poco a poco, a través de la respiración profunda controlada, se puede superar la ombrofobia de una vez por todas. Otras terapias como el asesoramiento, la hipnoterapia y la TCC/terapia cognitiva conductual también pueden ayudar a superar el miedo a la lluvia.