¿Por qué aumenta tanto la fobia a las agujas?
La fobia a las agujas se clasifica como un miedo extremo a los procedimientos médicos que implican inyecciones y agujas. Generalmente, esta fobia se desarrolla alrededor de los 4 ó 5 años de edad como consecuencia de una mala experiencia durante algún procedimiento de vacunación. Aproximadamente el 3-5% de las mujeres y el 1-2% de los hombres tienen una predisposición genética que puede causar mareos, náuseas y desmayos, síntomas relacionados con el Síncope Vasovagal.
Hay varios casos de pacientes que deben someterse a tratamientos con inyecciones, e incluso niños que deben ser vacunados, que evitan estos procedimientos por miedo a la aguja. Muchas descripciones en latín detallan este aspecto del miedo: Tripanofobia, Aichmofobia, Belonefobia o Emetofobia. Sepa que si padece esta aflicción, no está solo.

Un estudio realizado en 1995 informó de que la incidencia de este tipo de fobia es del 10% en adultos. Desde entonces, esa cifra no ha hecho más que crecer. Un estudio más reciente, realizado en 2012 por el doctor Taddeo, muestra que esta fobia afecta al 24% de los individuos adultos. Por eso, durante una campaña de vacunación contra la gripe, por ejemplo, hay tantos adultos sin inmunizar. En 2012, un análisis concluyó que el 23% de los pacientes que no se vacunaban se debía a la fobia a las agujas. En los niños, esta cifra aumenta del 25% (Hamilton) al 63% (Taddio) según la región analizada.
Nuestras propias investigaciones han demostrado que el miedo a las agujas disminuye 2,5 veces la probabilidad de que las niñas inicien el proceso de vacunación contra el VPH. Está claro que la aguja puede ser un obstáculo para el tratamiento y el mantenimiento de la salud.
¿Qué riesgos puede acarrear para la salud la fobia a las agujas?
Con el aumento de la fobia a las agujas, es fácil ver las implicaciones para la salud pública. El incumplimiento de la cartilla de vacunación por miedo a la inyección es del 7% en adultos y del 8% en niños (Taddio). Muchos adultos, por miedo al dolor de la inyección, no siguen el proceso correcto de inmunización cuando viajan a regiones que requieren este procedimiento. Una encuesta llevada a cabo por una clínica de inmunización de los Estados Unidos de América mostró que el 22% de los adultos en esta situación renunciaron a la inmunización. Obviamente, esta encuesta no tuvo en cuenta a quienes ni siquiera se habían planteado la posibilidad de acudir a un centro de vacunación.
Estudios realizados en Japón y Tailandia demuestran que hasta el 75% de las personas no donan sangre por miedo al procedimiento de la aguja. Esta actitud afecta directamente a cualquier sistema de urgencias médicas.
También se sabe que el Síncope Vasovagal puede provocar una caída repentina de la sangre y un descenso de la tensión arterial cuando el paciente se expone a un dolor agudo.

Además, la fobia a las agujas impide a los pacientes tomar decisiones sanitarias adecuadas. Los estudios demuestran que el 51% de los pacientes con diabetes tipo II han retrasado el inicio de sus tratamientos por miedo a la aguja y el 94% de los pacientes que siguen algún tipo de tratamiento sienten miedo cada vez que deben realizar sus aplicaciones (Aron R, DIABETES TECH & therap 2012 14 (8): 741-7; Kruger DF Diabetes met 2015; 8; 49-56). Si esto ocurre sólo por miedo a la vacuna, añada a esta sensación de miedo la sensación de quemazón que producen algunos medicamentos.
¿Por qué es importante prevenir la fobia a las agujas en los niños?
Teniendo en cuenta todos estos hechos e información, la prevención de esta fobia debe comenzar lo antes posible, preferiblemente durante las primeras experiencias con agujas, que se producen durante la primera infancia. Es aún más importante si el niño tiene predisposición al Síncope Vasovagal.
Si los padres y los profesionales intervienen precozmente, contribuirán a que la persona esté más comprometida con su vacunación y también más receptiva a futuros tratamientos médicos. El número de vacunas no hace sino aumentar con el tiempo. Por lo tanto, disminuyendo este tipo de fobia minimizaremos la reacción negativa a los tratamientos médicos.

¿Cuáles son las mejores formas de tratar la fobia a las agujas?
Buzzy™ y la lidocaína se han ofrecido a los pacientes con el objetivo de disminuir a largo plazo el miedo a las agujas.
Las barras azules del gráfico adyacente demuestran el miedo inicial antes de una inyección de Becillin; las barras amarillas demuestran la disminución del miedo con el uso de Buzzy™ o lidocaína. Al final del ensayo, el 43% de los pacientes siguieron utilizando Buzzy™ en sus tratamientos diarios. Otros estudios han demostrado una reducción del miedo y la ansiedad de los pacientes que utilizan las tarjetas Buzzy™ y DistACTION™ en sus tratamientos que deben utilizar agujas.

¿Cómo puede ayudar Buzzy™ con la fobia a las agujas?
Según las investigaciones clínicas, Buzzy™ puede disminuir la sensación de dolor de la picadura de la inyección hasta en un 88%. En los procedimientos intravenosos, la disminución del dolor es de hasta el 50%.
En los casos de inmunización, cuando se utilizó Buzzy™ junto con las tarjetas DistrACTION™ el resultado de minimización del dolor alcanzó 0,53 en una escala de 0,53 a 10 puntos (Inal S.). La fisiología del frío y la vibración, denominada Teoría de la Puerta, bloquea de forma natural la estimulación del dolor mediante la activación de estas sensaciones.
Aunque tenemos testimonios de una mejor gestión de los síntomas relacionados con el síndrome vasovagal, hasta ahora no se han realizado estudios clínicos que demuestren que tales beneficios se deriven del uso de Buzzy™.

Cómo concibió PainCareLabs, creador y fabricante de Buzzy™, este producto?
Tras darse cuenta del fuerte aumento de la fobia a las agujas, el Dr. Baxter desarrolló un modelo funcional para la reducción del dolor, el miedo y la concentración que abordaba el problema de forma bastante exhaustiva. Este modelo funcional evolucionó, se creó PainCareLabs y desarrolló los productos Buzzy™ y VibraCool™ con el objetivo de aliviar el dolor y posteriormente dar más comodidad a sus pacientes.