La lepidopterofobia, la palabra para el miedo a las mariposas, se origina en la palabra griega Lepidoptera (el grupo o clase de insectos que incluye mariposas, polillas, patrones y otros insectos alados). Esta fobia está estrechamente relacionada con la Entomofobia (que es el miedo a los insectos) o la Mottephobia – el miedo a las polillas. Se cree que la actriz Nicole Kidman sufre de lepidopterofobia.
Las personas con miedo a las mariposas tienen mucho miedo de la mayoría de los insectos alados. Típicamente, experimentan una respuesta de disgusto al ver a estas criaturas. Sienten miedo, náuseas o pánico, especialmente al ver mariposas.
Muchos que sufren de esta fobia afirman tener miedo de las alas lanceoladas de estos insectos. Para colmo, las alas suelen estar cubiertas de escamas y son de color marrón o negro. Las escalas de color y su constante aleteo desencadenan una respuesta de miedo o ansiedad en la mente del fóbico.
Causas de la Lepidopterophobia
Este temor sorprendentemente común a la fobia a las mariposas tiene las siguientes causas detrás de ella:
Como se mencionó anteriormente, el constante aleteo de estas criaturas aladas puede causar un miedo intenso en la mente del Lepidopterofóbico. El fóbico tiene miedo de que el insecto pueda rozar accidentalmente su piel dando la sensación de que se arrastra, gatea o pica.
Muchos enfermos de lepidopterofobia tienden a tener miedo de las aves. Su miedo puede estar relacionado con el miedo evolutivo que los humanos han asociado con las criaturas voladoras. No es sorprendente que una persona con miedo a las mariposas también tenga miedo a los colibríes u otros pájaros/insectos que revolotean rápidamente.
Las mariposas y las polillas tienden a existir en enjambres. El hábito de enjambrar suele estar relacionado con las langostas o las abejas. Una experiencia negativa o traumática con estos insectos en la infancia puede haber desencadenado la Lepidopterofobia.
Las personas que sufren mucho estrés, o que tienen depresión o trastornos de ansiedad sin diagnosticar después de un divorcio, o la muerte de un ser querido, o incluso la pérdida de empleo, etc., pueden desarrollar de repente un miedo a las mariposas. Esto puede convertirse en una parasitosis delirante, una condición mental en la que la persona que la padece constantemente “siente” insectos que se arrastran o excavan en su piel. En casos extremos, esto puede conducir a la auto-mutilación después de un rascado intenso.
Síntomas de la fobia a las mariposas
Algunas personas con lepidopterofobia tienen miedo incluso de mirar fotos de mariposas. Experimentan una profunda ansiedad, repugnancia o pánico al ver o pensar en las mariposas. Pueden experimentar una gran cantidad de síntomas como escalofríos, tratar de huir o huir, llorar o gritar, temblar, sudar, palpitaciones del corazón, sequedad de boca, respiración rápida y superficial, etc. al ver una mariposa o una polilla.
En casos severos, se puede observar en el paciente un intenso rascado de la piel o la negativa a salir de la casa debido al encuentro con mariposas o polillas.
La mayoría de los enfermos evitan jardines, parques, zoológicos o floristerías donde existe la posibilidad de encontrar mariposas.
Los fóbicos a menudo imaginan ser atacados por estas criaturas aladas. Una película constante o imágenes negativas pueden pasar por la mente de uno, típicamente sobre ser atacado por mariposas. El sueño y el apetito pueden verse afectados en algunos pacientes.
Superar la lepidopterofobia
La desensibilización gradual es la mejor manera de superar la lepidopterofobia. Puede empezar por exponerse lentamente a las mariposas siguiendo los siguientes pasos:
- Empieza por ver las fotos en Internet.
- Haga un dibujo de una mariposa. Mire imágenes o fotos realistas y videos sobre mariposas/polillas.
- Utilice libros de autoayuda u opte por la terapia de grupo, etc.
- Hable de su miedo: es importante que sus seres queridos y amigos le brinden su apoyo en este asunto.
- En caso de fobia extrema que afecta a la vida cotidiana, vale la pena consultar a un terapeuta profesional.
Tenga en cuenta que las técnicas de autoayuda mencionadas anteriormente no mostrarán resultados inmediatos. Aunque es posible superar completamente el miedo a las mariposas, los resultados no serán instantáneos. El proceso puede tomar días, semanas o incluso años para que la lepidopterofobia se resuelva completamente.