Miedo a los peces

Es bastante común tener miedo de los tiburones (Galeofobia), pero muchas veces, los individuos incluso tienen miedo de los peces pequeños y aparentemente inofensivos. Este miedo irracional o persistente a los peces se llama ictiofobia. La palabra proviene del griego”ichthys” que significa pez y fobos que significa miedo.

Se sabe que muchas culturas, especialmente las tribus navajo, temen a todo tipo de animales acuáticos, incluidos los peces. Por lo tanto, toda la tribu se denomina “ictiofóbica”, sin embargo, en este caso, el miedo no es tanto psicológico como cultural o mítico. Creen que todos los seres acuáticos son tabúes y por lo tanto se niegan a tocarlos o comerlos o incluso a sumergirse en cuerpos de agua donde pueden encontrarse con estas criaturas.

En el caso del miedo a los peces que se origina debido a factores psicológicos, la fobia puede hacer que el individuo tenga miedo de los peces vivos o muertos. Estas personas tienden a tener un ataque de pánico completo incluso al ver o pensar en los peces. Esto puede tener un impacto negativo en el día a día de una persona.

Causas de la ictiofobia

Como con todas las demás fobias específicas, la ictiofobia también comienza con un episodio negativo o traumático que afecta a los peces, principalmente en la infancia.

Cuando era niño, el fóbico podría haber estado asustado por las bromas de sus hermanos o amigos que podrían haberle mostrado un pez muerto o que se retuerce. En un caso particular, un fóbico recuerda haber sido aterrorizado por una cabeza de pescado picada colocada en su ropa de cama.

Los niños con imaginación superior tienden a creer que los peces pequeños son tan grandes como los “tiburones blancos”.

Otro fóbico recuerda haber ido a bucear a gran profundidad donde se encontró con un pez bastante grande que”apareció de repente de la nada”. El individuo relata haber olvidado nadar momentáneamente

Los peces son criaturas viscosas y malolientes. Las personas con trastornos de ansiedad tienden a creer que los peces son responsables de muchas enfermedades o pueden provocar envenenamiento por mercurio, etc. Este es uno de los desencadenantes comunes de la ictiofobia.

Ciertas variedades de peces saltan fuera del agua. Un niño (o un adulto con una mentalidad nerviosa o una personalidad demasiado ansiosa) es probable que se sorprenda con tales”peces voladores” mientras navega o nada.

Estos episodios aparentemente aterradores se repiten constantemente en la mente del individuo, lo que lleva a una fobia de por vida acerca de estas criaturas.

Síntomas de miedo a los peces

La ictiofobia tiene varios síntomas psicológicos y físicos al igual que otras fobias. Estos incluyen

  • Gritar o llorar después de ver una foto o imagen de un pez o incluso simplemente pensar en ellos.
  • Sentir náuseas o vómitos
  • Desmayarse, sentirse mareado
  • Temblores, sacudidas
  • Sensación de ser asfixiado hasta la muerte
  • Huir de situaciones que involucran a los peces, escondiéndose o por el contrario, quedando paralizados o congelados en el lugar.

Muchos fóbicos tienen miedo de nadar o incluso de caminar sobre o cerca de puentes o playas debido a esta fobia. Algunos se niegan a acercarse a acuarios o parques temáticos con peces. En casos muy severos, los individuos pueden negarse a visitar a sus amigos que tienen peces mascota en cuencas o acuarios.

Superar la ictiofobia

El Dr. John B. Watson, experto en Terapia del Comportamiento, recomienda una técnica de exposición/desensibilización gradual para superar el miedo a los peces.

En los niños que sufren de esta ictiofobia, los hermanos y amigos pueden ayudar mostrando cómo los peces son criaturas inofensivas. Pueden poner la mano en una pecera para pescar pequeños peces dorados. Asimismo, las fóbicas también pueden ser expuestas gradualmente a imágenes o películas o acuarios con peces, etc., hasta que se sientan lo suficientemente cómodas como para soportar a las criaturas sin experimentar un ataque de pánico.

La hipnoterapia es otra técnica mental poderosa que ayuda a obtener la base de la fobia. Esto es útil en el caso de pacientes mayores que pueden aprender a racionalizar sus pensamientos temerosos y convertirlos en pensamientos positivos.

Otra técnica efectiva, aunque ligeramente traumática, llamada Inundación, también se sabe que tiene resultados positivos, aunque debe hacerse sólo en presencia de terapeutas experimentados. En este método, el individuo se sumerge en un tanque que contiene peces inofensivos. Esto le ayuda a entender que tal miedo es irracional. Las técnicas de relajación deben ser utilizadas cuando se enfrentan a los peces de esta manera.

En casos extremos, vale la pena tomar antidepresivos u otros medicamentos para reducir la ansiedad por el pescado. Un psicoterapeuta experimentado también puede ayudar a superar la ictiofobia para siempre.

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