El miedo al cambio o a cambiar las cosas se llama metástasisiofobia. A menudo se relaciona con la tropofobia, que es el miedo a la mudanza. El origen de la palabra Metathesiophobia viene del griego ‘meta’ que significa cambio y fobos que significa miedo.
Esta fobia específica puede reducir la voluntad de vivir; los metástasisiofóbicos a menudo sienten que no tienen control sobre sus vidas debido a los constantes cambios. Tiende a vivir en el pasado y también puede estar deprimido. Su fobia los hace reacios a moverse, a progresar o a cambiar algo de la rutina. Esto puede tener un impacto severo en la vida profesional y personal de una persona.
Causas de la metástasisiofobia
El miedo al cambio es evolutivo en los humanos. Desde tiempos inmemoriales, al hombre le ha gustado la rutina. Nuestras predisposiciones internas (herencia y genética) nos enseñan a resistir el cambio, principalmente a”sentirse siempre en control”. Pero el miedo normal al cambio se convierte en una fobia total cuando es irracional, persistente y muy intensa.
La angustia emocional personal causada por muchos cambios en la vida puede desencadenar tal temor al cambio. Un niño que ha experimentado mudarse varias veces en períodos cortos de tiempo o la muerte de un miembro de la familia o de un ser querido también puede haber experimentado cambios en su situación financiera o en su estilo de vida debido a estos cambios. Esto puede llevarle a resistirse a cualquier tipo de cambio, incluso en la edad adulta.
El miedo a ser incapaz de adaptarse, el miedo a conocer gente nueva o el miedo a los cambios ambientales también pueden disuadir a uno de adaptarse. La inseguridad y la culpa son otras emociones comunes detrás de la Metástasisiofobia.
Síntomas del miedo al cambio
Benjamin Franklin dijo una vez: “Cuando termines de cambiar, estás acabado”.
Como ya se ha dicho, el miedo al cambio es un instinto natural de supervivencia arraigado en los seres humanos. No nos enferma mentalmente, sólo nos hace más humanos. Sin embargo, en caso de metástasisiofobia extrema, la vida puede llegar a ser muy difícil. Puede tener un impacto negativo en la vida profesional y/o personal de una persona. Como muchas otras fobias, la metástasisiofobia también va acompañada de síntomas psicológicos y físicos:
La idea de cambiar o adaptarse a un nuevo ambiente puede llevar a un ataque de pánico o de ansiedad. La fobia puede experimentar algunos o todos los siguientes síntomas: (1) palpitaciones cardíacas, (2) respiración rápida o poco profunda, (3) temblores o temblores, (4) sudoración, (5) náuseas o malestar gastrointestinal, (6) incapacidad para formar palabras, (7) sequedad de boca, (9) pensamientos de muerte, asfixia y temor extremo.
Evitar el cambio es otro síntoma de la metástasisiofobia. La persona que sufre rechaza todo lo nuevo. Crea su”zona de confort” y no está dispuesto a salir de ella. Impide que se introduzca algo nuevo para lograr este objetivo.
Para evitar el cambio, él/ella puede hacer grandes esfuerzos, romper los lazos, decir mentiras o inventar excusas. Esto puede afectar su vida social, personal y profesional.
A menudo el fóbico es consciente de que su miedo al cambio es irracional. Sin embargo, es incapaz de superarlo.
Superar la metástasisiofobia
Volver a aprender conscientemente nuevos comportamientos para superar la asociación de que “el cambio es malo” es eficaz, aunque difícil.
La raíz de la metástasisiofobia está profundamente arraigada en la psique. Para rastrear las raíces, uno puede someterse a sesiones de hipnoterapia. Esto puede ayudar al individuo a enfrentar la fuente de su ansiedad y volver a aprender o borrar los pensamientos negativos asociados con ella.
Una vez que se han identificado las raíces de la ansiedad, también se puede utilizar la exposición gradual a los cambios: esto puede ayudar a romper lentamente con la asociación entre el cambio (estímulo) y la reacción a éste (respuesta). La desensibilización gradual de este tipo es muy efectiva para hacer que el individuo se sienta más en control cuando se enfrenta a un cambio.
La programación neurolingüística y las terapias conductuales también pueden ayudar a superar la metástasisiofobia.
La terapia de grupo, la terapia de conversación, la redacción de pensamientos negativos y positivos, etc., son algunas otras técnicas que se pueden utilizar para racionalizar el miedo.
Si usted sufre de miedo al cambio o metástasisiofobia, tenga en cuenta que no es una enfermedad mental ni un signo de debilidad. Muchas personas sufren de esta fobia pero la clave es aceptar el cambio como parte de la vida y, si es necesario, buscar terapia para guiar a uno a través de las dificultades que enfrenta durante el tiempo de cambio.