Miedo al dentista

Miedo al dentista: cómo superarlo

Para muchos de nosotros, ir al dentista es sin duda una cita aterradora. Algunos experimentan este encuentro con temor y ansiedad.

Piensa que este miedo tiene un nombre específico: dentofobia.

Fobia dental, o miedo al dentista

La dentofobia pertenece a la categoría de los trastornos fóbicos y se caracteriza por un miedo intenso al dolor que se puede experimentar al ir al dentista y a lo que requiere la consulta (por ejemplo, alicates, ruidos diversos, taladro, etc.), lo que puede desencadenar auténticos ataques de pánico.

Este trastorno ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad real que parece padecer alrededor del 20% de la población.

Un problema que hay que resolver, ya que es importante cuidar los dientes y la higiene mental.

Síntomas del miedo al dentista

Los síntomas de este trastorno incluyen los típicos de la ansiedad, es decir, temblores, sudoración, taquicardia.

Soluciones intentadas

Entre los comportamientos que utiliza la persona para superarlo está la evitación. La persona tiende a posponer la cita con el dentista y a menudo evita hablar de todo lo relacionado con esta figura.

Al hacerlo, cree que podrá mantener a raya su ansiedad, pero en realidad exagerará el problema.

De hecho, la evitación lleva a confirmarse a uno mismo que no es capaz de hacer esa cosa en concreto.

Como resultado, uno se siente frustrado e incapaz de hacer frente al problema, que con el tiempo se hace cada vez más insuperable.

Por qué se tiene miedo al dentista

Detrás de este miedo puede haber experiencias negativas con el dentista en la infancia.

A menudo, detrás de este miedo se esconde la vergüenza de mostrar los dientes, ya Puede ocurrir que una persona tenga miedo a esta figura sólo porque se lo han transmitido sus padres, que con el tiempo han asociado a esta figura sentimientos como el miedo y el dolor.

También puede existir el miedo a perder el control. En el dentista, de hecho, debemos estar dispuestos a poner en manos del otro nuestra salud y, en particular, el tratamiento de nuestro dolor. Precisamente por esta última razón, a menudo también puede haber una falta de confianza en la otra persona.Que se siente un temor adicional, el de hacer el ridículo.

Consejos para afrontar el miedo al dentista

Lo primero que hay que hacer es informarse: normalmente todo lo que desconocemos nos asusta.

Es importante recabar toda la información positiva y tranquilizadora posible de dentistas o personas cercanas o lejanas que hayan tenido experiencias que hayan ido bien.

Por el contrario, hay que evitar escuchar sólo las experiencias negativas de los demás, ya que esto crea más tensión y miedo.

Es fundamental contar con un profesional que inspire confianza y que sea capaz de resolver todas nuestras dudas. Busca y encuentra al dentista que creas que puede ser adecuado para ti, quizá viendo vídeos o presentaciones publicados.

Una vez concertada la cita, es importante tener una comunicación clara: debemos sentirnos libres de comunicar todas nuestras preocupaciones para que el dentista pueda satisfacerlas.

Si, por ejemplo, tiene miedo a la aguja, su dentista debe ser consciente de ello, ya que sólo así podrá ayudarle, por ejemplo recurriendo a la sedación consciente, que es totalmente indolora.

Lo mismo ocurre si, por ejemplo, tiene miedo a una extracción dental: hágaselo saber, ya que sólo así el profesional podrá asegurarle que hoy en día existen técnicas modernas que hacen que esta operación sea lo menos dolorosa posible.

Acercarse gradualmente al estímulo fóbico

De nuevo, es importante empezar a abordar este miedo en pequeños pasos, empezando por lo menos doloroso, como limpiarse los dientes.

Por eso es importante que informe a su dentista de este temor.

Pedir ayuda

Si todo esto no es suficiente, puede ser conveniente recurrir a un psicólogo-psicoterapeuta profesional que pueda proporcionarle las herramientas necesarias para afrontar el miedo. La terapia estratégica breve es muy eficaz para este tipo de miedo y puede ayudar al paciente a sustituir las soluciones intentadas por otras más funcionales.

Estaremos encantados de escuchar lo que piensas

Deje una respuesta