Miedo al trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una psicopatología caracterizada por la presencia de obsesiones y compulsiones.

Las obsesiones son pensamientos, imágenes e impulsos recurrentes y persistentes que la persona experimenta como intrusivos y no deseados. Las compulsiones, por su parte, son comportamientos repetitivos que la persona realiza en respuesta a un pensamiento obsesivo o a reglas mentales rígidas.

 Además del TOC propiamente dicho, se identifican otros trastornos relacionados con obsesiones y/o compulsiones: trastorno dismórfico corporal, tricotilomanía, trastorno de acaparamiento, hurgar en la piel, trastorno obsesivo-compulsivo inducido por sustancias/drogas u otras afecciones médicas.

Presencia de obsesiones, compulsiones o ambas

Las obsesiones se definen como:

· Pensamientos, imágenes e impulsos recurrentes y persistentes experimentados por la persona como intrusivos y no deseados y que causan niveles significativos de estrés y ansiedad (p. ej.: miedo al contagio, ideaciones agresivas, ideaciones de autolesión, ideaciones de traición).

· La persona intenta controlar y limitar estos pensamientos a través de diferentes pensamientos o acciones (por ejemplo, mediante comportamientos compulsivos).

Las compulsiones se definen por:

1- Los comportamientos repetitivos (por ejemplo, lavarse las manos, ordenar, comprobar) o actos mentales (por ejemplo, rezar, contar, repetir palabras en silencio) a los que el individuo se siente impulsado en respuesta a una obsesión o para seguir reglas mentales estrictas que necesariamente deben cumplirse.

2- Los comportamientos pretenden evitar o reducir la ansiedad y el malestar relacionados con acontecimientos o situaciones temidos por la persona. Sin embargo, estos comportamientos o actos mentales no guardan relación con lo que se supone que deben neutralizar o prevenir, o son claramente excesivos en comparación con el peligro real que corre la persona.

3- Las obsesiones y compulsiones ocupan gran parte del tiempo de la persona (por ejemplo, más de una hora al día) y provocan un malestar significativo o impedimentos en las áreas relacionales, sociales, profesionales u otras áreas importantes del funcionamiento.

Los síntomas obsesivo-compulsivos no son atribuibles a los efectos fisiológicos de una sustancia (por ejemplo, una droga, un medicamento) o a otra afección médica.

El trastorno no es atribuible a los síntomas de otro trastorno mental.

Aspectos específicos

Muchas personas diagnosticadas de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracterizan por tener creencias disfuncionales; estas creencias pueden incluir un sentido excesivo de la responsabilidad, una tendencia a sobrestimar las amenazas, perfeccionismo, intolerancia a la incertidumbre, énfasis excesivo en los pensamientos (por ejemplo, creer que tener un pensamiento “prohibido” es tan malo y negativo como llevarlo realmente a la acción) y la necesidad de controlar los propios pensamientos.

Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo varían en el grado de comprensión que muestran sobre la exactitud de las creencias que subyacen a sus síntomas obsesivo-compulsivos. Muchas personas tienen una visión completa o suficiente, es decir, en un ejemplo en el que el pensamiento se refiere al miedo a que la casa se queme si no se comprueba repetidamente la cocina antes de salir, la persona está convencida de que su casa definitivamente no se quemará, probablemente no se quemará, puede que se queme o puede que no se queme a menos que compruebe la cocina 30 veces. Otras personas tienen poca perspicacia (por ejemplo, la persona está convencida de que la casa probablemente se incendiará si no comprueba la cocina 30 veces) y otras (alrededor del 4%) no tienen perspicacia/creencias delirantes (por ejemplo, la persona está realmente convencida de que la casa se incendiará si no comprueba la cocina 30 veces). La perspicacia puede variar en la misma persona a lo largo de la enfermedad. La falta de insight se correlaciona estadísticamente con un peor pronóstico.

Aparicion y evolucion

En Estados Unidos, la edad media de aparición del TOC es de 19,5 años, y alrededor del 25% de los casos se producen en torno a los 14 años. La aparición después de los 35 años es rara pero posible. Los hombres tienen una edad media de inicio más baja que las mujeres: casi el 25% de los varones tienen un inicio antes de los 10 años. El inicio sintomático suele ser progresivo y no agudo.

Si no se trata, el TOC tiende a cronificarse, siendo la remisión natural bastante rara (aproximadamente el 20% de todos los casos). Sin embargo, la evolución del trastorno es compleja, ya que a menudo está vinculada a la aparición de otras psicopatologías.

Tratamiento

A nivel de intervención psicoterapéutica, los mejores resultados se han obtenido con la terapia cognitivo-conductual, sistémica y estratégica.

A nivel farmacológico, se utilizan inhibidores de la serotonina (antidepresivos) cuando es necesario, a veces combinados con ansiolíticos.

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